14.11.06

Dios mío, he creado un monstruo

Un nuevo miedo ha irrumpido en mi vida, llegó el otro día, me pilló desprevenida y me tiene en un ay desde entonces. Sospecho que mi Jeffrey está planeando matarme.

Es que nunca tiene suficiente. En cuanto llego a casa se convierte en mi sombra, lloriquea, me rasca con la patita. Yo, que soy experta en malcriar criaturas, en lugar de ignorarle lo achucho, lo besuqueo, le hago pedorretas en la tripa, le canto canciones que yo misma le compongo... Pero él siempre quiere más, y a la que dejo de prestarle atención un solo segundo ya lo tengo gimoteando de nuevo. En cuanto mi culo se aposenta en el sofá ahí está él, decidido a conseguir su dosis como sea. Acho le observa de reojo con su mirada ladina, que enmarcada por esa raya en los ojos que se diría hecha con eyeliner hace que parezca, más que chino, árabe. Un árabe dispuesto a inmolarse a la mínima de cambio con tal de conseguir el objetivo que les une y a la vez les distancia: mis mimitos.

Mientras vemos la tele, se me planta encima. Vale, es tolerable, son nueve kilos de chucho. Con sus patas traseras apoyadas en las mías y las delanteras en mis tetas se me queda mirando con cara de oveja, a tres milímetros de mi nariz. Y llora. Yo le estoy acariciando la cabeza, así que no sé qué espera. Se lo digo y, claro, me responde con otro lloriqueo. Y en esos ojillos de cordero degollado veo un destello de malicia. Creo que un plan se está fraguando en esa mente aparentemente simple. Una noche, cuando reuna el valor suficiente y consiga esquivar a Acho, me destripará; sacará mis entrañas y se acomodará dentro de mí, dando antes las cuatro o cinco vueltas de rigor buscando una buena postura, y proferirá un suspirito de placer cuando la encuentre. Sí, a simple vista parece inocente, pero vosotros no le habéis visto jugar con sus muñequitos.

10 comentarios:

nadadora dijo...

Jajaja, ¿cómo te va a sacar las tripas esa criatura? Si estos pobres no tienen malicia, ni falta que les hace, aunque algunas veces parece que se hacen los tontos. ¿Y quién no?

Harapos dijo...

Yo por si acaso me compraría un artefacto de esos para llevar el bebé colgado del pecho todo el rato, y metería ahí a Acho. Para que te defienda.
Acabarás mal de las cervicales, pero, vaya, mejor eso que perecer de sobredosis de cariño perruno, ¿no?

Anónimo dijo...

Este blog empieza a parecerse a la página de National Geografic....

vilipendia dijo...

nada, te voy a contar una cosa: mi chufry no se hace el tonto, el pobre lo es. Una vez me pasé veinte minutos en el parque haciéndole amagos de que le lanzaba la pelota... y fue a por ella todas y cada una de las veces.

harapos, jejejeje... ya tengo uno de esos artefactos. Es súper práctico cuando tienes un perro miniatura y te lo quieres llevar en metro, o de compras. Eso sí, la gente por la calle te mira raro.

sr. mm, iba a decir una maldad, pero no. Je. Va a días, va a días...

Anónimo dijo...

Lo del perro tonto es muy práctico en cosas como lo de lanzar la pelota, porque te ahorras ir a buscarla con tanto amago si no la encuentra o suda de traerla.

Y lo de maquinar un plan, yo creo que es factible, nuestro perro Urco planeaba siempre para robarnos el queso de la cocina, y se las ingeniaba siempre para que terminara bajo la cama de Violeta mordisqueado. Mi consejo pues, es que le amenaces con anularle la visa... eso siempre funciona.

Maine dijo...

Por cosas como ésta (entre otras muchas) yo siempre he preferido los gatos. También por eso me gustó más tu post anterior ;)
Aunque ya sabes lo que dicen: que las personas a las que nos gustan los gatos no tenemos corazón... Llevaría una frase así a los Tribunales.

Anónimo dijo...

Yo sólo te digo que con Paquito no hubieras podido ponerle esos nombres a tus hijos... :P

Por eso es q los perros no son lo mio, tanta exigencia de cariño me haria perderles respeto pero es que yo soy rara con ganas. Ya ves, por eso quería a mi gato, p.q solo me molestaba cuando quería comer.
(asi me va)

vilipendia dijo...

trapecista, sí, desde luego es muchísimo más práctico. Tanto, que ya paso de llevar pelota, que al final la que hace ejercicio soy yo. Y no.

maine, a mí también me gustan los gatos. Tanto como los perros. Pero tener un novio alérgico es lo que tiene... Y menos mal, que mi casa parecería un zoo. Más, quiero decir.

sunny, sí que son un poco plasta a veces. Lo bueno es que si les mandan a tomar por culo no se traumatizan. Además, para contrarrestar tengo a Acho, que es un poco gato.

Milagritos Takamori dijo...

Has descrito perfectamente a mi ex amante...

vilipendia dijo...

chicaderoma, ¿tenías un amante que lloriqueaba hasta que le prestabas atención? No me extraña que sea tu ex... brrrr. Piacere!