Hace ya casi dos años (¡¡¡dos años!!!) Mi Amiga la Reportera y yo fuimos juntitas un domingo al CCCB a ver una exposición llamada El Salvatge Europeu. Cabe decir que la Reportera y yo, tanto por ahorro como por compartir experiencias, siempre leemos los mismos libros. Y pasamos una temporadita en que disfrutábamos más con biografías de asesinos en serie y novelas vampíricas que una quinceañera con el último de la etxebarría.
La exposición estaba pero que muy bien; además, pillamos visita guiada. Era un recorrido cronológico a través de los distintos mitos que han ido surgiendo a través de los tiempos, desde los faunos griegos, los hombres salvajes medievales, las brujas, hasta llegar a los modernos sicópatas. Todos ellos creaciones hechas en diferentes momentos históricos para integrar lo que queda en los márgenes de lo humano. Pero a nosotras nos movía un fin mucho más groupie: queríamos ver a Vlad y, en especial, a Erzebeth Bathory. Queríamos hacernos fotos con ellos. ¡Es que era algo histórico! Sólo existen dos retratos de la condesa, y en su país, Hungría, los tienen como oro en paño... Lógicamente, las dos piezas más llamativas de la exposición estaban al final. Así que fuimos siguiendo al guía durante todo el recorrido, muy atentas. Pero cuando intuimos que se acercaba el momento, sin poderlo evitar, nos adelantamos al grupo, murmurando "es ella...", "sí, es Erzebeth..."De tal manera que al final el guía acabó preguntándonos si éramos húngaras. A lo que respondimos: "no, es que somos fans..."
30.1.06
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1 comentario:
Ah... qué tiempos aquellos!! Podrías haber puesto la foto en que salimos nosotras, no? En plan fans, como si Erzebeth estuviera presente y nos acabara de firmar un autógrafo. Qué inocencia la nuestra, qué candidez, qué capacidad para la idolatría...
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