Éste es el cuento de María Sarmiento, que fue a cagar y se la llevó el viento. Cagó tres pelotitas: una para Juan, otra para Pedro y otra para el que hable primero.
Y yo puedo hablar porque tengo las llaves del cielo.
10.10.06
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6 comentarios:
Yo tengo exactamente los mismos problemas con los pelos del sobaco. Si al final tener el craneo mondo lirondo va a tener millones de ventajas y to.
Mmmmmm, me ha dejado el comentario en el post que no era y no entendía nada...
Yo lo llevé casi rapado hace años y una vez y no más, santo Tomás. (Mascarilla para el sobaco ya).
Qué fuerte, Mari.
Jejejeje, ¡y a mí la mía!
Yo conozco la versión de Juan Pimiento, pero al final llegamos al mismo sitio y no te miento.
Jejejejeje... Andalucía begins and never ends, sr. cotilla.
:)
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