Anteayer el Gañán, el Comandante, acho, jeffrey y una servidora cumplimos con una cita que llevábamos postergando durante demasiado tiempo ya. Fuimos a visitar a nuestros antiguos vecinos a su nuevo hogar, un pisazo en una urbanización situada en una población de los alrededores de nuestra ciudad. Han sido vecinos desde que tengo uso de razón, por lo que podríamos catalogarles dentro del sector familia. Hacía ya dos años y medio que se habían mudado y aún no habíamos ido a visitarles... Es que cuesta mucho anteponer el deber a poder pasar perreando el único día festivo en que coincidimos el Comandante y yo. Bueno, el caso es que al final lo hicimos. Todos nos alegramos muchísimo de vernos, comimos mucho, lo pasamos muy bien, conocimos al novio de la Vecina junior (cholo, cholííísssimo, pero encantador) y prometimos no volver a dejar pasar tanto tiempo sin vernos...
Pero, como supondreis, lo que me ha llevado a escribir este post no ha sido la necesidad intrínseca de haceros saber cómo pasé mi domingo. No. Lo que pasa es que yo nunca había visitado esta población colindante, y me impactó muchísimo. Después de comer, los Vecinos decidieron que debíamos dar una vuelta (en coche, eso sí) por el pueblo, para enseñárnoslo. Y acabamos haciendo una ruta por las adquisiciones inmobiliarias que pudieron ser y no fueron, y no serán a menos que les toque la lotería... Nos paramos a contemplar las terrazas, cotilleamos entre los setos, calculamos precios y metros cuadrados, y algún vecino que salía al jardín se llevó, sin comerlo ni beberlo, alguna que otra mirada envidiosilla. En fin, que muy bonitas las casas. Pero, cuando ya volvíamos, atravesamos una zona de nueva construcción... no sé si voy a tener palabras para describirlo. No pude hacer fotos (no iba preparada para la ocasión) y, incomprensiblemente, no he podido encontrar nada en la red....
Edificios nuevos, aún deshabitados, coronados por ángeles vengadores, barandillas de balcón decoradas con vénuses con los pechos al aire, esquinas con dioses bacos y apolos sobresalientes... No me lo podía creer. ¿Quién dice que ya no se construyen edificios como los de antes? ¿Quién osa decir que el buen gusto se ha perdido en favor de la funcionalidad?
7.3.06
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3 comentarios:
Madre del amor hermoso, con lo que sabes a mí que me chifla el barroquismo innecesario y aparatoso!! Llévame allí ahora mismo!!
Hombre, ahora mismo no sé, que mañana tengo que madrugar... Otro día quedamos. Y mira que estabas invitada...
Sí, pero tenía resaca y el cumpleaños de mi madre... ya me dirás tú...
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