...que nunca más volveré a leer un libro de anne rice que no pertenezca a las crónicas vampíricas o a la saga mayfair, y éstos porque ya a estas alturas no voy a dejar colgada la historia... Aunque ganas me dan. Yo, vilipendia, me he sentido vilipendiada. Y es que esta señora no tiene vergüenza. Cuando una empieza a leer una historia de la rice no espera encontrar una obra maestra, pero todo tiene un límite. Vale que el prota sea un ñoño beato insufrible, vale que la prota sea una vampira que después de más de doscientos años de existencia siga manteniendo "su inocencia y candidez" intactas (vamos, que es tonta del culo), pero que dos ángeles del señor salgan de un cuadro renacentista para ayudar a vittorio a acabar con los "malos" (que eran los únicos que tenían cierta gracia, por otra parte)... Pues como que no. Por ahí no paso. Y todo por mi puta manía de no poder dejar un libro a medias. Lo que me ha costado acabar con las doscientas y poco páginas que tiene el bodrio éste...
Menos mal que mi compi del curro, el Cinéfilo (éste sí), me ha regalado otro que, espero, confío, casi segura estoy, me quitará este mal sabor de boca que se me ha quedado, como cuando te comes una pipa mala. Ecs.
7.3.06
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4 comentarios:
Ay, cómo ha sabido la Rice jugar con nuestros sentimientos. Nos dan un Lestat, y nos creemos que todo el monte es orégano. Ya me dirás qué te ha pasado tu amigo timburtiano.
Esto nos pasa por dejarnos llevar por los sentimientos...
He puesto un link bien hermoso con lo que me ha regalao (que me lo ha regalao el tío, qué majo, eh?)
Uau, pero si la Jelinek es la que tiene agorafobia que está recluida en su casa y no salió ni pa recoger el nobel... qué ganas tengo de pillarla.
Sí sí, la mismita. Y, por lo poquito que llevo leído, se le conoce... La pobre...
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