2.2.06
Comounsismo
Mi Amiga la Reportera se implica mucho en los libros que lee. Pero mucho. Bueno, no sólo en los libros, pero ése es otro tema. Cuando lee best sellers es de puta madre, porque claro, vive de tal manera las historias que hasta le hace a una sentir envidia y todo. Tendríais que haber visto lo que fue eso cuando se leyó el código da vinci... Qué regocijo al recordarlo...Pero lo que mola de verdad es cuando se lee grandes obras de la literatura universal. Y si encima se unen factores externos, estamos apañaos. Ahora se acaba de leer un mundo feliz, de Huxley (de hecho me lo regaló ella a mí, la muy viva), imagináos. Pero es que encima, por si eso no fuese suficiente para poner en marcha la maquinaria de su cerebro, tiene problemas con la empresa de telecomunicaciones que tiene contratada. No tiene internet, la pobre, imaginaos cómo está.
La Reportera y yo quedamos muchas noches para pasear a nuestros canes. Y ése es el ratillo que ella aprovecha para, dependiendo del libro en cuestión, explicarme las últimas indagaciones que ha hecho respecto a la historia, o bien comentar las teorías que el autor desarrolla. A ver, no me malinterpretéis, que yo también digo la mía, pero digamos que la suya es más intensa. Pues bien, la otra noche empezó ella muy animada a narrarme las desventuras de una pobre usuaria de internet que se ve obligada a arrastrarse ante los impasibles teleoperadores para conseguir que un técnico venga a su casa a repararle el aparato. Supongo que todos vosotros habreis vivido alguna vez esa frustrante experiencia. Pero la narración se acabó convirtiendo en un alegato tal contra la sociedad de consumo, que es que en el momento le dieron a una ganas de echarse al monte con los perros y sobrevivir a base de bayas y madroños, coño. Y lo mejor de todo es que ella, en su fuero interno, es perfectamente consciente de que una vez que tenga el problema solucionado y se le pase el mosqueo la humanidad se la seguirá trayendo floja. Y yo que me alegro.
PD. Para los que leáis esto, sabed que a día de hoy La Reportera ya tiene internet. Estad tranquilos.
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5 comentarios:
Qué razón tienes, bandida (siempre).
No me animes, no me animes, que ya sabes que yo tiendo al totalitarismo...
Alegatos contra la sociedad de consumo ni los intento, estoy atrapada. Y sobre teleoperadores y arrastramientos por el lodo... un día una teleoperadora me colgó el teléfono, no sin antes gritarme un poco (fue aumentando en intensidad según hablábamos), y yo lo único que estaba haciendo era formular la misma pregunta una y otra vez (las veces que pudo soportar). ¿Eso se podría considerar crueldad mental? (¿mía?,¿de ella?)... Y lo dejo que me va a salir un comentario largo como una entrada.
Has leído el castillo de kafka? Pues lo de estas empresas es lo mismo, no crees?
Sí lo he leído y totalmente de acuerdo.
(Si conoces a alguien que trabaje en una empresa de estas te proporciona datos escalofriantes o de reírse por no llorar, o de escalofriarse a la vez que ríes y lloras).
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